Actualmente a diferencia de otras épocas hay una gran ausencia de confianza en todas las comunidades en el mundo, cuando la confianza es el elemento clave del funcionamiento de una sociedad y de una economía.
El nivel de desempleo, la idiosincrasia oportunista que comienza a prevalecer, los altos niveles de rotación, la deslealtad corporativa, y en general la presión económica y, en ocasiones, incluso la desesperación como resultado de la crisis sanitaria, hace de la confiabilidad de las personas uno de los factores más importantes y trascendentes para el éxito actual de las organizaciones; y lo que hace la diferencia en la construcción de la confianza es la capacidad de medirla con mayor detalle, consistencia y certeza.