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HISTORIA
FARO DEL COMERCIO

Faro del Comercio

Una luz de grandeza en la metrópoli

Arq. Luis Barragán Morfín

Faro del Comercio: Origen e Historia

El Faro del Comercio fue construido entre 1983 y 1984, para conmemorar el Centésimo aniversario de la fundación de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Monterrey y la idea de aportar un monumento que simbolizara al comercio organizado de la localidad.

Orgullo del comercio organizado del Estado, símbolo representativo de Nuevo León y de la unión de nuestros sectores, la luz que emite sirve de brújula para guiar las acciones a favor de nuestros afiliados; este significa, además, el esfuerzo de los comerciantes para su realización, la dedicación de horas de trabajo y el palpante interés del sector vivo y activo al servicio de su comunidad a quien debe y reconoce su existencia y subsistencia.

Situado en la Gran Plaza de Monterrey la hace parecer como “la pieza” única, indispensable, asimilada, en búsqueda de esa verticalidad necesaria en el espacio urbano, considerado como uno de los elementos distintivos de la misma, ícono representativo no sólo de los empresarios, sino también de nuestra ciudad; sencillo y colosal monumento coronado por un equipo de rayo láser, cuyo haz ilumina el cielo de las noches regiomontanas.

Es una obra diseñada por el célebre Arquitecto Luis Barragán Morfín, su construcción estuvo supervisada por el Arquitecto Raúl Ferrera Torres y realizada por Maiz Mier constructores.

Este proyecto, originalmente nombrado Placa Roja cuando Cydsa mediante una presentación (el 15 de diciembre de 1981) lo adquirió con el objeto de escoger un modelo para la realización de una escultura, y el 2 de septiembre de 1982 se denominó Faro del Comercio cuando ésta lo cedió a la Canaco Monterrey.

La construcción de esta obra fue aprobada unánimemente en Asamblea Extraordinaria de la Cámara de Comercio, teniendo como integrantes del Consejo Directivo a los señores Rubén Alanís Albuerne, Presidente, José María González González, Primer Vicepresidente, Ing. Aurelio Ballí González, Segundo Vicepresidente, Luis Canavatti Fraige, Vicepresidente de Turismo, Víctor M. Escamilla González, Secretario y Lic. Juan Charur Salman, Tesorero, C.P. Oscar Odriozola, Lic. José Gerardo Sada Garza, Lic. Javier Garza Calderón, C.P. Carlos Manzano Pérez, C.P. Jesús Pérez Garza, Maurilio Elizondo Treviño, Lic. Ramón Rodríguez García, José Sandler Gurvitz, Arq. Carlos Sandoval Delgado, Lic. Jesús Gracia López, C.P. Jesús María Elizondo González, Horacio Acosta Cantú; como asesores del Consejo, los señores Francisco Zertuche González (+), Ing. Domingo Valdés Acosta, Ing. Gerardo Garza Sada, C.P. José A. Chapa Salazar, Lic. Ricardo Margáin Zozaya y Lic. Esteban González Ardines; para lograr la conclusión de la obra se formó un Comité Pro-Construcción integrado por los señores C.P. José A. Chapa Jr. , Rubén Alanís Albuerne, Don Francisco Zertuche González, C.P. Josué Garza Villarreal, Sr. Luis Canavatti Fraige, Lic. Ricardo Saldaña Dávalos (+), C.P. Raúl Horcasitas Varelas, Ing. Alfonso Gastelum e Ing. Cuauhtémoc Morales.

En la ceremonia de inicio de su construcción, se depositó en los cimientos una cápsula que contiene una réplica del Acta Constitutiva de nuestra institución, un juego de planos y actas que avalan la celebración del Centenario de Canaco Monterrey, así como agradecimientos a los socios que hicieron posible, con sus aportaciones, la realización.

Fue inaugurado el 7 de diciembre de 1984 por el Lic. Miguel de la Madrid Hurtado, Presidente de la República, estando como Gobernador el Lic. Alfonso Martínez Domínguez y en las Presidencias de la Cámara Don Rubén Alanís Albuerne y Don José Chapa Salazar.

El 4 de enero de 1985 se llevó a cabo la inauguración del sistema de iluminación láser ante la presencia de autoridades civiles y militares, del Gobernador del Estado y los Alcaldes del área metropolitana así como invitados especiales, este evento revistió de gran importancia ya que este sistema fue el primero en su tipo en ser utilizado a nivel mundial.

Donación al municipio de Monterrey

En el año de 1996, el Consejo Directivo de la Cámara de Comercio de Monterrey, en sesión ordinaria, acordó donar a la ciudad El Faro del Comercio, para que a partir de ese año fuera el Ayuntamiento regiomontano el que se hiciera cargo de su cuidado y mantenimiento por encontrarse en los terrenos de la Plaza Zaragoza

Descripción

Es una gran torre vertical con espesor de 1.83 mts., ancho de 12.33 mts. y una altura total de 69.80 mts. a partir del nivel del suelo, cuenta con un pretil superior de 1.50 mts., un piso superior de 3 mts. de altura para el equipo de iluminación, un segundo piso de 3 mts. de altura para el cuarto de máquinas del elevador de servicio y un piso más de llegada del elevador.

La estructura tiene la forma general de una batería de cuatro silos rectangulares excepto en los pisos superiores en los que los muros intermedios se omiten. Se erigió con los procedimientos de construcción de silos, utilizando cimbra deslizante. Las caras exteriores aparentes se terminaron a base de chorro de arena para dar un acabado rugoso, las caras interiores son lisas y la cimentación consiste en una placa de 14.50 x 21 mts.

Lleva una pintura exterior roja tipo fosforescente e iluminación en la base y en la parte superior, esta última lanza rayos de luz hacia toda la ciudad.

INBA

Después de grandes esfuerzos y luego de dos años de trámites ante el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el 12 de marzo del 2001 (según el Diario Oficial del 20 de marzo), fue declarado por Decreto Presidencial como Monumento Artístico Nacional.

Considerando que:

• El elemento escultórico, perteneciente al municipio de Monterrey, se encuentra edificado en una extensión mayor denominada Plaza Zaragoza.

  • Esta obra escultórica de gran calidad arquitectónica, construida por el destacado arquitecto mexicano Luis Barragán, teniendo como socio al arquitecto Raúl Ferrara Torres, fue inaugurada el 7 de diciembre de 1984 y representa una forma de expresión artística dentro del movimiento moderno en arquitectura, así como un símbolo notable de la ciudad, que le ha hecho trascender internacionalmente.
  • Presenta un alto grado de innovación, utilizando el autor un lenguaje arquitectónico único en el diseño de los espacios exteriores combinados con el manejo del color y la integración de áreas verdes.
  • Los materiales y técnicas constructivas utilizados en esta obra escultórica incluyendo acabados, color, texturas, proporción y volumetría, manifiestan una sensibilidad del autor ante las condiciones espaciales y economía en el costo; uso y adaptación de recursos y materiales mexicanos, color, forma, sencillez, verticalidad y arquitectura.
  • La Comisión Nacional de Zonas y Monumentos Artísticos, en sesión celebrada el día 5 de agosto de 1999, por unanimidad de sus integrantes opinó a favor de que el Faro del Comercio, sea declarado monumento artístico.
  • Por su configuración y características arquitectónicas, el Faro del Comercio reviste un valor estético relevante digno de ser preservado.

Por lo cual:

  • La Secretaría de Educación Pública definirá los criterios de protección del monumento objeto de este ordenamiento y promoverá programas educativos y de divulgación que estimulen entre la población el conocimiento, estudio, respeto y aprecio del patrimonio cultural.
  • A fin de garantizar la preservación del inmueble, las obras de conservación y restauración que sobre el mismo se realicen, deberán ser autorizadas por el INBA, lo mismo que las de excavación, cimentación, construcción o demolición que se ejecuten en los inmuebles colindantes al monumento y que puedan afectar las características del mismo.
  • La reproducción del monumento o de alguno de sus componentes, con fines comerciales, sólo podrá efectuarse previo permiso del INBA cuando se cuente con la autorización de los propietarios y acredite haber cumplido con lo dispuesto por la Ley Federal del Derecho de Autor; se exceptúa de esa autorización la producción artesanal.
  • El INBA vigilará el cumplimiento de las disposiciones de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos, así como lo ordenado en el Decreto.

Precursores

Luis Barragán

Don Luis Barragán nace en 1902, en Guadalajara, Jalisco, de una próspera y aristocrática familia; creció en un rancho de Michoacán, una región conocida por su hermosa arquitectura vernácula.

Él descubrió que tenía una cercana afinidad con la arquitectura, nunca recibió una formal enseñanza ni comenzó oficialmente como arquitecto, por lo cual no estaba preparado para recibir el Premio Pritzker en 1980, lo que lo puso como el primer arquitecto mexicano en obtener tan preciado galardón.

Más tarde, en los años 30’s, Barragán se fue a la Ciudad de México, ahí se encargó de una serie de construcciones con un estilo internacional, así fue como comenzó a ser popular, primero en la localidad, después en todo el país.

Hasta 1940 es cuando comienza a descubrir un estilo más personal en sus obras, por lo que a partir de ahí su trabajo fue fácilmente reconocido. En sus diseños se empezaron a observar detalles propios del México Colonial antiguo.

Durante el período de sus últimos treinta años de vida activos, él produjo sólo tres casas: Casa Galvez en 1950, San Cristóbal en 1960 y Casa Gilardi en 1970. Luis Barragán murió en la Ciudad de México en 1988.

Rubén Alanís Albuerne

El C.P. Rubén Alanís Albuerne, al hacer memoria sobre el inicio del proyecto del Faro de Comercio comentó que desde un principio se tenía contemplado que al celebrar el centenario del comercio se debería de realizar una obra espectacular, que impactara a la ciudad.

En un principio se pensó en una fuente, pero luego en una charla sostenida con el arquitecto Luis Barragán se pensó en realizar una placa roja. 

“La verdad, mi impresión en un principio fue que era un simple dibujo con algo estilizado, que en verdad pues no lo llegaba a entender en su concepto, sin embargo, con la idea de ser positivo lo estudiamos y lo vimos y lo presentamos al Consejo de la Cámara”, señaló Alanís Albuerne.

 El Consejo aprobó el proyecto y se le presentó al Gobernador del Estado, Alfonso Martínez Domínguez quien al principio se mostró incrédulo de que se llevara a cabo la obra. “Hubo muchos comentarios negativos respecto a la obra, algunos decían que se podía caer, que iba a ser una mole de cemento, que en apariencia no tenía significado, hasta que por fin llegamos a un común denominador y nos fuimos a sacar presupuestos y el cálculo estructural que era el más importante”, señaló Don Rubén.

Ya con los proyectos definidos y el presupuesto determinado, el Consejo se reunió con el Mandatario Estatal y le presentaron el proyecto. Todavía incrédulo, nos cuestionó si pensábamos que lo lograríamos. Le dijimos que sí y nos brindó su apoyo. Nos preguntó si necesitábamos dinero porque él estaba dispuesto a apoyarnos económicamente pero le dijimos que no. El costo en sí original de la construcción era de 22 millones de pesos, tan sólo de la estructura, por lo que se necesitaban recursos para llevarla a cabo.

“Para iniciar la construcción del Faro necesitábamos dinero, y para ello yo tuve la suerte de hacer amistad con un buen amigo ahora, Jesús Gracia, el de las agencias Datsun y todas las BMW, y nos apoyó económicamente. Con este dinero iniciamos la obra, cosa que siempre que he podido se lo agradezco, porque él fue el motor de despegue de la obra. Posteriormente vinieron apoyos muy importantes de Holimaga, Zertuche, Casa Chapa, Hotel Ambassador y de algunos otros empresarios importantes de Monterrey. Se tuvo que dialogar con las personas que no estaban de acuerdo con el proyecto y se les aseguró que con esta obra se iban a generar empleos para los regiomontanos.

“Don Luis Montemayor, dueño del antiguo hotel Monterrey, también nos envió una carta donde decía que no aprobaba la construcción, que no contáramos con su aportación y así quedó la cosa. Afortunadamente, un par de años después manda otra carta donde reconoce que verdaderamente el Faro era un elemento que le había dado prestigio a la ciudad, que era un elemento turístico y que mucha gente venía a Monterrey solo a conocer el Faro del Comercio”, mencionó Rubén Alanís. El color se escogió debido a que representa la fuerza del trabajo del regiomontano en todo su esplendor. Conjuga con el esfuerzo que los regiomontanos siempre han puesto en el trabajo y las ganas que tienen de que la ciudad de Monterrey y el Estado de Nuevo León prosperen.

“En un principio yo quería agua, que al Faro lo rodeara un espejo de agua, pero los ingenieros dijeron que con el tiempo podría filtrarse y lesionar la estructura y a cambio de eso se hizo la fuente del comercio, esa fuente que está a un lado, en contraesquina”, dijo Alanís. Rubén Alanís entregó la obra, posteriormente José Chapa fue quien se encargó de pintarla. Después se instaló el rayo láser, el cual ya estaba contemplado desde un principio de la obra. Debido a esto se le denominó el Faro de Comercio porque simple y sencillamente este proyecto se llamaba Placa Roja. A grandes rasgos, se dice fácil, pero se requirió de mucho esfuerzo, de mucha entrega, de mucho apoyo por parte de todo el Consejo de la Cámara y de quienes apoyaron económicamente la obra.

Francisco Zertuche González

Uno de los grandes precursores del Faro del Comercio, Don Francisco Zertuche González aseguró que la construcción de este espléndido monumento inició el 23 de mayo de 1983 con un presupuesto inicial de 30 millones de pesos.

Mencionó que existieron muchas propuestas para la realización del Faro de Comercio debido a que no se había construido obra igual en la entidad.

“Esta obra fue un gran esfuerzo del Consejo de la Cámara. Pensamos que debería de ser en el centro de la ciudad porque ahí sí podríamos dejarla para las generaciones futuras. El ingeniero que la realizó, consultó la obra con el Gobernador del Estado, Alfonso Martínez Domínguez y éste le dijo que no deseaba que estorbara entre el Palacio de Gobierno y el Municipal, quería que pudieran verse perfectamente los dos Palacios”, señaló.

Al mandatario estatal se le aseguró que la obra no afectaría la visibilidad de la Gran Plaza, por lo que sí se otorgó el permiso para llevarla a cabo.

Para que las autoridades permitieran llevar a cabo la construcción del Faro, la Cámara de Comercio de Monterrey debía tener una carta que afirmara que era una obra del arquitecto Luis Barragán porque tenía que ser una persona notable y destacada. El Consejo de Canaco Monterrey insistió a las autoridades para que les otorgaran el permiso. Se les entregaron todos los planos, todas las cartas que estaban guardadas en la Cámara y algunos documentos que se encontraban en el Municipio.

Se decidió que se instalaría en el lugar donde está actualmente, aunque para el gusto personal de Zertuche González el lugar ideal sería en donde se encuentra la fuente de Neptuno.

Quedó terminado el monumento y en 1984 viene el Presidente de la República a verla y la máquina del láser no funcionaba correctamente, por lo que un ingeniero checoslovaco que trabajaba para la NASA ayudó a ponerlo en la cúspide de un monumento.

“Subió por la escalera, la que le llaman escalera marina, la cual medía unos 70 metros unas 20 o 30 veces el día de la inauguración para instalarlo y que funcionara perfectamente. El láser lo habían programado para que saliera de las 7 salidas que tenía en la parte de arriba, pero dio la casualidad que ese día había luna llena encima de la Plaza Zaragoza y estaba todo iluminado, por lo que se decidió que el láser saliera por un solo tubo. El científico nos apoyó y estuvo ahí hasta las 4 de la madrugada del día siguiente”, recordó Don Francisco.

El rayo láser del Faro del Comercio se inauguró el 7 de diciembre de 1984. Como la tecnología ha avanzado mucho en los últimos tiempos, el rayo láser es ahora mucho más potente que en un principio.

La obra quedó terminada el 14 de junio de 1984 a las 21:00 horas. El 20 de marzo del 2001 el Instituto Nacional de Bellas Artes lo nombró Monumento Histórico Nacional. “Yo me siento muy orgulloso de ser partícipe del inicio del proyecto del Faro del Comercio, y también me siento muy orgulloso de que lo nombren Monumento Histórico Nacional. Es un título que no es muy fácil conseguir por lo que es un honor el que se le otorgue a nuestro monumento, ya que esta obra es una de las mejores que tenemos en el país y es un deleite para nuestros ojos”, puntualizó Zertuche González

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