El cansancio crónico, la desmotivación para realizar las labores, el pesimismo o la falta de efectividad para el trabajo, son síntomas de burnout.
La pandemia por Covid-19 y sus implicaciones en el ámbito laboral han incrementado de forma acelerada el número de personas que experimentan burnout. El cansancio crónico, la desmotivación para realizar las labores, el pesimismo o la falta de efectividad para el trabajo, son síntomas de burnout (en español se le conoce como estar quemado por el trabajo).
Desde 2019, la Organización Mundial de la Salud integró al burnout, en la onceava actualización de la Clasificación Internacional de Enfermedades. Por lo general, el concepto de estar quemado se ha ligado con el ámbito laboral, sin embargo, existen estudios en las relaciones parentales y en amas de casa donde el estrés conduce al distanciamiento emocional.
El síndrome de burnout es un estrés crónico padecido por la respuesta a un exceso de demandas y presiones, por lo general ligadas al trabajo -aunque también se ha estudiado en amas de casa- donde las personas se esfuerzan de un modo intenso y sostenido en el tiempo con una exigencia y nivel de tensión tal que originan importantes riesgos de contraer enfermedad y afectar negativamente el rendimiento y la calidad en el servicio que proporcionan.
Se relaciona con tres síntomas (Maslach, 1986):
La pandemia, al traer cambios inesperados y abruptos, obligó a las personas a modificar rutinas y estructuras de convivencia en las esferas laborales, familiares y personales, que impactaron en el desempeño al malabarear varias actividades en los mismos espacios y tiempos.
El estrés inherente del riesgo de contagio durante más de un año, aunado al incremento de jornadas laborales, la presión económica, el cuidado infantil sin acceso a guarderías, la escuela en casa y la atención a los adultos mayores o enfermos crónicos, ha generado un efecto negativo importante en la población. Las mujeres muestran una posición de mayor vulnerabilidad. De acuerdo con McKinsey, 39 % de las mujeres en la alta dirección reportan tener síntomas de agotamiento excesivo contra 29% de los hombres, es decir 10 puntos porcentuales de diferencia. Un dato complementario es el sentirse exhausto, 54% de las mujeres y 41% de los hombres mencionan sentirse de esta forma, una distancia de 13 puntos porcentuales entre ambos.
Pero… ¿qué podemos hacer para reducir los niveles de estrés personales en las condiciones actuales de confinamiento?
También vale la pena recordar que hay al menos tres derechos fundamentales para considerar al abordar este tema, especialmente en el contexto de la pandemia, con el trabajo remoto y la escuela en casa que aún sigue operando en varios estados: el derecho a la vida privada, el derecho al descanso y el derecho a una vida digna.