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HISTORIA
Con el firme propósito de defender los intereses de los comerciantes y, por supuesto, de la comunidad general, nace en abril de 1883 la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de Monterrey.
Nuestra Historia
139 años defendiendo a nuestros afiliados
El inicio
A lo largo de 139 años de historia, que comenzaron a escribirse aún antes de su integración formal, la Cámara deja sentir su presencia en momentos clave dentro de la vida de la ciudad. La historia comienza a gestarse en agosto de 1882, cuando Monterrey recibe con beneplácito su primera comunicación por vía férrea y con ella la esperanza de un futuro prometedor.
Sin embargo, pese a todos los augurios, en 1883 el comercio sufre su primer gran descalabro. La línea del ferrocarril sigue su camino y el papel de intermediario de Monterrey queda de lado, aunado a ello la Hacienda Municipal incrementa los cobros por el traslado de mercancías de manera escandalosa.
A raíz de esta situación los más prominentes comerciantes de Monterrey deciden tomar cartas en el asunto y agruparse para hacer frente al problema, y el 30 de abril de 1883 se constituye formalmente la Cámara de Comercio de Monterrey.
Acta de instalación
La primera Junta Directiva quedó integrada por Pedro Maiz, como primer vocal; Eduardo Zambrano, segundo; Reinaldo Berardi, tercero; Estanislao Hernández, cuarto; Juan Weber, quinto; Rodolfo Dresel, sexto; Valentín Rivero y Gajá, tesorero y Federico Palacio, secretario.
Fungirían como presidentes los seis vocales nombrados en votación secreta entre los socios propietarios y se turnarían cada dos meses; tesorero y secretario desempeñarían sus cargos durante un año.
El documento aprobado se iniciaba con una reflexión histórico-sociológica: “En todas partes y en todas las épocas, aunque el comercio ha sido y es una de las principales fuentes de la riqueza pública, porque por medio del cambio se imprime a las cosas un nuevo valor, no por eso ha dejado de estar desatendido”.
Y señalaba el objeto de la recién fundada Cámara: “Procurar que ese mismo comercio, tan decaído en el país, recobre su verdadero imperio, fomentándose las transacciones, particularmente de esta plaza; ensanchar en cuanto sea posible sus relaciones con los pueblos de fuera y de dentro del Estado; procurar la unidad y armonía más completas entre todos los que están dedicados a ese giro y, por último, defender los intereses del mismo comercio, ante quien corresponda, todo lo que directa e indirectamente tienda a su progreso y desarrollo”.
El objetivo de la Cámara en 1883 decía: “que representando los intereses del comercio del estado y, principalmente de esta ciudad, promueva y practique cuantas diligencias sean necesarias que redunden en pro de tan importante ramo de riqueza”.
Posteriormente, en 1885 se pone la mira en la zona libre de la frontera norte, donde el contrabando coloca al comercio regiomontano en una posición desventajosa ya que genera una competencia desleal a gran escala. Las medidas no se hacen esperar y se emprende una campaña nacionalista para impulsar el comercio en la ciudad, así como la reducción de propaganda de los establecimientos y productos extranjeros.
Suple a la autoridad
La Cámara también llegó a ser la máxima autoridad en la comunidad, cuando en 1914 las rivalidades entre los bandos revolucionarios desestabilizan la ciudad al grado de que las autoridades estatales y municipales abandonan sus cargos sin designar sustituto alguno.
A petición de la comunidad Constantino de Tárnava, el entonces presidente de la Cámara, recibe la encomienda de hacerse cargo de la situación y se procede a establecer un Cuerpo Provisional de Policía. Asimismo, la Cámara toma a su cargo la designación de las comisiones que abastecerían a la población de Monterrey con víveres, escasos por la misma situación bélica.
De esta forma, del 11 de enero y hasta el 29 del mismo, la Cámara de Comercio es responsable de proporcionar víveres y seguridad a la ciudad, incluso de sufragar los gastos derivados de la administración pública.
Villa en acción
Otro de los capítulos destacados en la historia de la Cámara lo propicia el General Francisco Villa el 14 de marzo de 1915. Un día después de su entrada a la ciudad manda llamar y retuvo contra su voluntad a unos 150 prominentes comerciantes, a quienes exige un monto de un millón de pesos. Para salir airoso de esta situación el presidente de la Cámara, Carlos Garza Cantú, se ofrece como único rehén y conmina a sus compañeros comerciantes a tratar de reunir dichos fondos.
Este secuestro es considerado por los socios como reclamo por su actitud, aparentemente apática, ante las carencias de los más pobres y deciden abastecer a la ciudadanía con víveres, pese a los serios inconvenientes para conseguir dichos productos básicos. El incidente concluye cuando finalmente se entregan 280 mil pesos a los jefes villistas, poco antes de que salieran de Monterrey junto con sus tropas.
Suspende actividades
En 1916 la situación económica por la que atraviesa la ciudad obliga a la Cámara a suspender actividades. El 23 de febrero de ese mismo año una comisión del Ayuntamiento acude a la Cámara para buscar su mediación ante el encarecimiento de productos de primera necesidad por parte de los comerciantes locales. Sin embargo, por ese entonces su actividad es prácticamente nula, por no contar con las contribuciones económicas de sus socios, y se declara incompetente para resolver el problema. Entre tanto, la conmoción política sigue calando hondo en todo el país y la incertidumbre cerniéndose sobre los mexicanos.
Una luz de esperanza por alcanzar la estabilidad se deposita en el Congreso Constituyente, que finalmente el 5 de febrero de 1917 promulga la Constitución. Cabe destacar que la suspensión de actividades que se realiza es sólo para fines externos, ya que internamente continúa ocupándose de sus labores y sesionando como lo venía haciendo hasta entonces.
Otros hechos históricos
A mediados de julio de 1917 los delegados de las Cámaras de Comercio en el país celebran su primer congreso nacional en la Ciudad de México y acuerdan establecer un organismo que las reuniera y representase ante el Gobierno Federal. Para el 3 de noviembre de 1917 finalmente queda constituida la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco).
Es en 1966 cuando se plantea la necesidad de agrupar las más importantes instituciones privadas: la Cámara de Comercio la Cámara de la Industria y el Centro Patronal, proyecto que cristalizó el 30 de noviembre de 1977, cuando se inaugura el Edificio de las Instituciones. Ubicada en estas instalaciones la Canaco llega, en 1983, a su aniversario número100 y en el marco de esta celebración inicia la construcción del Faro del Comercio, monumento que queda concluido en 1985.
Posteriormente, en 1997 y ante la falta de representatividad por parte de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco), la Cámara Nacional de Comercio de Monterrey decide desligarse de este organismo.
Y en 2001, en busca de mayor representación, la Cámara promueve la formación del Consejo Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Conacom). Esta medida es apoyada por sus similares de Puebla, Distrito Federal y Guadalajara. En diciembre del 2001, Canaco Monterrey regresa al seno de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, luego de un largo cabildeo que culminó con la modificación de los estatutos de dicho organismo.
Labor social
La Cámara se ha involucrado en todo tipo de actividades de apoyo a la comunidad, destacando entre ellas el apoyo brindado durante la inundación de 1909 y algunas otras de carácter más doméstico, pero no por ello menos importantes.
En 1909 ocurre una de las peores inundaciones en Monterrey, este desastre natural deja además de pérdidas humanas cuantiosos daños materiales, por lo que es necesario instituir un fondo de beneficencia. El año 1920 fue de epidemias, en el mes de mayo se reciben noticias de la presencia de peste bubónica en Veracruz y en septiembre aparece la fiebre amarilla en los puertos del Golfo.
En el primer caso se logra trabajar en forma conjunta con el Gobierno del Estado para ejecutar acciones preventivas, pero para la fiebre amarilla ya no se pudo contar con la autoridad y hubo de realizarse una colecta entre los comerciantes para sufragar gastos.
Por otro lado, en 1922 se constituye la Junta de Mejoras de la ciudad, donde la Cámara tenía representación y en 1923 la sociedad civil solicita su participación para la constitución del Cuerpo de Bomberos. También realiza labor como mediador entre el Municipio y el Gobierno del Estado, consiguiendo terminar con un conflicto entre ambas autoridades.
Además, participa en los proyectos mediante los cuales se construyeron las carreteras Monterrey-Saltillo, Monterrey-Nuevo Laredo y Monterrey-Ciudad Victoria, aunque sólo en el primer caso hubo una aportación económica.
En 1935, aunque de manera indirecta, Canaco participa con los estudiantes universitarios que buscan la autonomía, ya que luego de un incidente en el que resultan muertos dos jóvenes se pide su ayuda para sepultar al que es originario de Monterrey y trasladar los restos del estudiante poblano.
Asimismo, el comercio se solidariza con la protesta por los asesinatos cerrando las puertas de sus establecimientos el 16 de julio de ese año. Entre 1938 y 1940 también participa en el esfuerzo de las autoridades para prevenir inundaciones a través del desbordamiento del Río Santa Catarina. Luego de la Segunda Guerra Mundial la ciudad se convierte en escenario de la escasez de víveres, y en el año de 1950 de agua y energía eléctrica, en todos los casos las autoridades locales solicitaron la intervención de la Cámara para suplir estas carencias.
En el caso de los víveres las acciones no se hacen esperar y se toman medidas en el sentido de proveer a la población con granos básicos para su consumo. En cuanto a agua y energía se colabora con estudios y análisis de la problemática. De igual manera apoya a los damnificados del Huracán Gilberto, que azotó Monterrey y su área metropolitana en septiembre de 1988 y deja devastada a la población por las pérdidas humanas y materiales.
Canaco en la actualidad
Actualmente, Canaco Servytur Monterrey es un organismo referente en el norte del País, por su activa participación en la comunidad de negocios del Estado y sigue siendo la Cámara empresarial con mayor representatividad por las aportaciones de sus socios al ámbito económico, político y social de Monterrey, de Nuevo León y de México.